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EL PARAISO IMPERFECTO

EL PERRO DORMIDO Y EL LOBO

EL PERRO DORMIDO Y EL LOBO
Un perro mal cuidado, flaco y hambriento, dormía tranquilamente delante de la puerta de la casa de su amo, cuando acertó a pasar por aquel lugar el lobo. Ver al perro y pensar que podía hacerse con él una buena comilona, fue todo uno. Así es que se lanzó sobre el desdichado animalito, que se despertó con el susto que es de imaginarse.

—Lobo dijo entonces. ¿De qué podría servirte comerme ahora? Dentro dé unos días celebrarán mis amos su boda con grandes fiestas. Entonces comeré a cuatro carrillos, me pondré gordo y cuando tú vuelvas a pasar por aquí, te encontrarás con un manjar sabroso.
El lobo lo pensó un poco, y mirando al perro cuyas costillas se dibujaban debajo de la piel, decidió que le convenía esperar. Y sin decir más que “¡Hasta la vuelta!”, se retiró.
Al cabo de un tiempo regresó el lobo. Pero ya no halló al perro dormido en el umbral de la casa, sino que lo vio en el altillo del granero. Entonces le recordó su promesa y le pidió que bajara.

—Lobo — repuso el perro —, si otra vez me sorprendieras, ¡no esperes a las bodas!


(MORALEJA)
Si somos prudentes, una vez que escapamos de un peligro nos cuidaremos muy bien de volver a caer en el mismo

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