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EL PARAISO IMPERFECTO

no sabes que nick poner hoy, aqui te muestro unos cuantos

nådîë §åßë k më §øt¥ mü®îëndø × tî tkm mütø mî Þëkëñ@

te kero ahunk me causes dolor,te kero ahunk me ayas dicho no,te kero por k gracias a vos conoci el verdadero amor!!

es triste mirar al mar en una noche sin luna,pero mas triste es amar sin esperansa alguna

amor no es morir por un ser amado...sino vivir para estar a su lado!!

inevitablemente sucedio lo k mas temia........Me fije en vos cuando no devia

no llores por k termino,sonrie por k ocurrio

nunca digas nunca..nunca digas siempre...nunca digas algo k tu corazon no siente

te entrego mi ser y mi alma,to2 eso a cambio de una mirada

viste como corre el agua cuando deja de llover? asi corren mis lagrimas cuando t dejo de ver! :'(

ayer fui a la iglesia un pecado cometi , en vez de pensar en cristo me puse a pensar en ti.

mi niño lindo siempre seras y yo tu bebe siempre sere pero nunca me digas que yo nunca te ame

amigo es aquel q t socorre no el q t compadece

°º¤ø,¸¸,ø¤º°`°º¤ø,¸†††† KøMø Kî$à k€®€®Të Ùn ÞøKø MëNø$ ހ®Ø nØ ÞÙëÐø ... $îN tÎ m€ mÙë®ø ††††°º¤ø,¸¸,ø¤º°`°º¤ø,¸/

DIOS ES AMOR, EL AMOR ES CIEGO ,HORROOORRR!!!! DIOS ES CIEGOO:'(:'(

la muejeres dicen que lo chicos somos machistas, pero el machista es dios que las hizo inferiores!

SI LAS ENFERMEDADES VAGINALES NO FUERAN TAN ASQUEROSAS SERIAS LA MUJER PERFECTA

si tu fueras cocacola y yo hielito no me tokes q me derrito

fumo x q en el humo creo verte y como no puedo verete fumare hasta la muerte

Con un lapiz escribi tu nombre, con una relgla lo subraye, y cuando supe q no me kerias con mis lagrimas lo borre!!!!!



ξŝŧǻΓ εΔΜŏŗåđõ ĕş ûΝΔ ğîΐĩΡŏŁŁėž



♥ ŠĬ ŅØ ßĘßĕ ŋί fЦΜд ИΪ folľŁas Para q vϊveş ġİĿĮPŐŁŁǻS ♥

no desanyuno pensando en ti ! .. no almuerzo por pensar en ti .. no ceno por pensar en ti y no duermo pork me muero de hambre!!

Seguro que tendrás que pagar una multa por estar tan bueno.

KiSiErA sEr LeOn De CiRcO PaRa PaSaR PoR Tu ArGollA CaLiEnTe

te toque y me queme, te bese y me mori, llego mama a apagar el gas

los hombres se parecen a los caracoles ...tienen cuernos, se arrastran , y son babosossss!!

Combata la depresión... suicídese!

que le dice un raton a una vaca???................................. ........................tan grandota y sin corpiño

cual es el colmo de un cazador????......................querer cazar a la osa mayor

vives en mi planeta pero no en mi mundooooo

K ace 1 spañol dspues d ganar el mundial? apagar la Play

HAZ LA GUERRA EN LA CAMA Y EL AMOR DONDE A TI TE DE LA GANA!!!!!

Si besarse es contagiarse de gérmenes... ¿Qué te parece si comenzamos la epidemia?

dios creo al hombre y penso vaya seguro k puedo hacer algo mejor... entoncs creo a la mujer!!

niños en el asiento delantero pueden causar accidentes..accidentes en el asiento trasero pueden causar niños

No cabe duda. Y duda se fue en otro coche.

Mama, mama, ¿cuando me crescan los dedos, los puedo volver a meter en el ventilador? jajajajajaj

Lå åL3g®îå ¥ 3L åmø® §øn Lå§ Ðø§ åLå§ Þå®å Lå§ g®ånÐ3§ å©©îøn3§

Þå®å LL3gå® åL ©î3Lø nø 3§ Þ®3©î§ø mø®î®

como amiga te conoci, como amigo te hable, perdoname que telo diga pero de ti me enamore

por ti suspiro, por ti me muero, por ti en las clases me saco un cero

somos su maridos el y yo pero el k se la come soy yo

si la vida te da la espalda...................agarrale el culo

(&)mientras mas conosco a los hombres mas quiero a mi perro(&)

mas quiero a mi perro... q a mi enamorada!

Sonrrie hoy k mañana te puede faltar un diente :D

TuS oJoS Son 2 LuCeRoS q AlUmBrAn mI CaMiNo, uN DiA lOs CeRraStE Y me HiCe MiErDa coNtRa uN pInO!!!!!!!!!

ojos q no ven zapatos son zapatos q pisan mier.....

1° acto: un perro muerde a una niña/ 2° acto: el mismo perro muerde a la misma niña/ 3° acto:nuevamente el perro muerde a la misma niña

si los inveciles volaran el sol ni la luna ni estrellas,... se verian

eres mas sospechoso q un gitano aciendo futin

Los pasteles y la muela

Un labrador tenía muchas ganas de ver al Rey porque pensaba que el Rey sería mucho más que un hombre. Así que le pidió a su amo su sueldo y se despidió.
Durante el largo camino hasta la Corte se le acabó todo el dinero y cuando vio al Rey y comprobó que era un hombre como él, pensó: «Por ver un simple hombre he gastado todo mi dinero y sólo me queda medio real»
Del enfado le empezó a doler una muela y con el dolor y el hambre que tenía no sabía qué hacer, porque pensaba: «Si me saco la muela y pago con este medio real, quedaré muerto de hambre. Si me compro algo de comer con el medio real, me dolerá la muela»
Estaba pensando lo que iba a hacer cuando, sin darse cuenta, se fue arrimando al escaparate de una pastelería donde los ojos se le iban detrás de los pasteles.
Vinieron a pasar por allí dos lacayos que le vieron tan embobado contemplando los pasteles que para burlarse de él le preguntaron:
- Villano, ¿cuántos pasteles te comerías de una vez?
Respondió:
- Tengo tanta hambre que me comería quinientos.
Ellos dijeron:
- ¡Quinientos! ¡Eso no es posible!
Replicó:
- ¿Os parecen muchos?, podéis apostar a que soy capaz de comerme mil pasteles.
Dijeron:
- ¿Qué apostarás?
- Que si no me los comiere me saquéis esta primera muela, dijo señalando la muela que le dolía.
Estuvieron de acuerdo, así que el villano empezó a comer pasteles hasta que se hartó, entonces paró y dijo:
- He perdido, señores.
Los otros, muy regocijados y bromeando, llamaron a un barbero que le sacó la muela. Para burlarse de él decían:
- ¿Habéis visto este necio villano que por hartarse de pasteles se deja sacar una muela?
Respondió él:
- Mayor necedad es la vuestra, que me habéis matado el hambre y sacado una muela que me estaba doliendo.
Al oír esto todos los presentes comenzaron a reír. Los lacayos humillados pagaron y se fueron.

El capellan y el Palomino

Un capellán estaba comiendo en la posada de una aldea un palomino asado cuando entró un caminante y pidió al posadero que le diese algo de comer.
El posadero le contestó que lo único que le quedaba era un palomino y ya se lo había preparado al capellán.
Entonces el caminante rogó al capellán que compartiese con él la comida y que la pagarían a medias, pero el capellán se negó y continuó comiendo.
El caminante sólo tomó pan y vino. Cuando el capellán terminó de comer le dijo:
- Habéis de saber, reverendo, que aunque no hayáis aceptado compartir conmigo la comida, el palomino nos lo hemos comido entre los dos, vos con el sabor y yo con el olor.
Respondió el capellán:
- Si eso es así, tendréis que pagar vuestra parte del palomino.
Comenzaron a discutir y como el sacristán de la aldea estaba en la posada le pidieron que actuara como juez en la disputa.
El sacristán le preguntó al capellán cuánto le había costado el palomino. Contestó que un real. Mandó al caminante que sacase medio real y lo dejó caer sobre la mesa haciéndolo sonar y le dijo al capellán:
- Reverendo, con el sonido de esta moneda tened por pagado el olor del palomino.
Dijo entonces uno de los huéspedes de la posada:
- A buen capellán, mejor sacristán.

El abad y los 3 Enigmas

Esto era una vez un viejo monasterio, situado en el centro de un enorme y frondoso bosque, en el que vivían muchos frailes. Cada fraile tenía una misión diferente. Así había un fraile portero, otro médico, otro cocinero, otro bibliotecario, otro pastor, otro jardinero, otro hortelano, otro maestro, otro boticario. Es decir, había un fraile para cada cosa y todos llevaban una vida monástica entregada al estudio y a la oración. Como en todos los monasterios, el fraile que más mandaba era el abad.
Se cuenta que había llegado a oídos del Señor Obispo de aquella región que el abad del monasterio era un poco tonto y no estaba a la altura de su cargo.
Para comprobar las habladurías de la gente le hizo llamar y le dio un año de plazo para que resolviera los tres enigmas siguientes:
1º) Si yo quisiera dar la vuelta al mundo, ¿cuánto tardaría?
2º) Si yo quisiera venderme, ¿cuánto valdría?
3º) ¿Qué cosa estoy yo pensando que no es verdad?
El abad regresó al monasterio y se sentó en su despacho a pensar y pensar, y pensó tanto que por las orejas le salía humo. Se pasaba todo el día pensando, pero no se le ocurría nada; pensar sólo le daba un fuerte dolor de cabeza. Hasta entró en la biblioteca del monasterio por primera vez en su vida para buscar y rebuscar en los libros las soluciones y las respuestas que necesitaba.
Pasaba el tiempo sin que el abad resolviera los enigmas que le había planteado el Señor Obispo. Cuando ya quedaban pocos días para que se cumpliera el año de plazo salió a pasear por el bosque y se sentó desesperado debajo de un árbol.
Un joven y humilde fraile pastor que estaba cuidando las ovejas del monasterio le oyó lamentarse y le preguntó qué le ocurría. El abad le contó la entrevista con el Señor Obispo y los tres enigmas que le había planteado para probar sus conocimientos. El frailecillo le dijo que no se preocupara más porque él sabría como contestar al Señor Obispo. Así que, el mismo día que se terminaba el año de plazo, se presentó el joven fraile ante el Señor Obispo disfrazado con el hábito del abad y la cabeza cubierta con la capucha para que el Obispo no pudiera reconocerlo.
Después de recibirlo, el Señor Obispo quiso saber las respuestas a sus enigmas y volvió a plantear al falso abad la primera pregunta:
- Si yo quisiera dar la vuelta al mundo... ¿cuánto tardaría?
- Si Su Ilustrísima caminara tan deprisa como el sol -contestó rápidamente el frailecillo- sólo tardaría veinticuatro horas.
El Obispo después de pensarlo un rato quedó satisfecho con la respuesta, así que pasó a la segunda pregunta:
- Si yo quisiera venderme... ¿cuánto valdría?
El frailecillo respondió sin dudarlo:
- Quince monedas de plata.
Cuando el Obispo oyó esta respuesta preguntó:
- ¿Por qué quince monedas?
- Porque a Jesucristo lo vendieron por treinta monedas de plata y es lógico pensar que Su Ilustrísima valga sólo la mitad.
Le iban convenciendo al Señor Obispo las respuestas de aquel abad y empezaba a pensar que no era tan tonto como le habían dicho.
Entonces realizó la tercera y última pregunta:
- ¿Qué cosa estoy yo pensando que no es verdad?
- Su Ilustrísima piensa que yo soy el abad del monasterio cuando en realidad sólo soy el fraile que cuida de las ovejas.
Entonces el Obispo, dándose cuenta de la inteligencia de aquel joven fraile, decidió que el frailecillo ocupara el cargo de abad y que el abad se encargara de las ovejas.
Y colorín, colorado este cuento se ha acabado, si quieres que te lo cuente otra vez cierra los ojos y cuenta hasta tres

Mrs Calender

Hace algun tiempo una chica llamada Cindy le pregunto a una de sus amigas si le podia conseguir trabajo en el lugar donde trabajaba, su amiga Carol dijo que la acompañara y de esa forma le podian preguntar a la dueña del lugar que le llamaban Srta. Calender.Cuando llegaron solo estaba la chica que trabajaba con Carol, Monica.
Cindy y Carol decidieron esperar aunque no tuvieron que esperar mucho porque la Srta Calender llego enseguida. Le preguntaron si Cindy podia trabajar y esta acepto sin ningun problema, pero habia que hacerle algunos cambios,asi que la llevo detras de unas cortinas y la maquillo y la arreglo. Luego le regalo un estuche de maquillaje con un espejo.
La dueña las invito a la casa para ver la mercaderia que habia entrado, pero Carol y Cindy no aceptaron ya que Carol tenia una cita, en cambio la otra vendedora acepto.
La dueña y la otra chica se fueron a ver la mercaderia y Carol y Cindy se quedaron un rato mas y luego cerraron. Cuando se estaban llendo Carol se acordo que su compañera de trabajo se habia quedado con el reloj que tenia que usar esa noche asi que fueron a la casa de la dueña, pero mientras iban su compañera estaba en grave peligro... estaba hipnotizada y la dueña la habia convencido de que bebiera un liquido que supuestamente haria que fuera hermosa por siempre.
Cuando Carol y Cindy llegaron y preguntaron por su compañera pero le dijeron que ya volvia. Cindy pidio permiso y se fue al baño donde se extraño que no hubiera ningun espejo ya que la dueña de la casa era muy vanidosa pero como tenia el que le habian dado en el trabajo se miro en el aunque noto algo muy extraño detras de ella, una pintura de la dueña de la casa pero de mas de 80 años. Asustada salio del baño y noto que si miraba las pinturas por el espejo veia mujeres viejas, pero si no las veia jovenes.
Antes de entrar al comedor donde estaba Carol y la Srta Calender, Cindy miro como se veia atraves del espejo y vio a una mujer muy vieja
y luego vio a su amiga Carol hipnotisada frente a un espejo, trato de sacarla del estado en el que se encontraba pero la srta. Calendar la saco diciendole que ya era muy tarde y que Carol preferia quedarse con ella desde la ventana Cindy logro que Carol "despertara", aunque ya habia bebido algo del liquido que haria que "quedara joven por siemre" pero logro salir de la casa y correr despues de un minuto corriendo se desmayo.
Cuando Cindy se dio vuelta Carol ya no estaba La empezo a buscar y encontro a cindy, y a otras chicas enserradas en jaulas Cindy agarro su espejo y se lo mostro a la Srta. Calendar quien se desintegro cuando se vio en el espejo Cindy solto a todas las chicas, y desde el momento en el que la srta. Calendar se desintegro todo lo que ella parecia tener desaparecio como si nunca hubiera existido.

Inmoviles

Inmoviles

El marine caminaba solo. Se había adelantado a su pelotón para inspeccionar el terreno, y todo parecía en calma. Odiaba el paisaje de Vietnam. Era de un verde uniforme y pacífico, algo así como un paraíso envenenado.

Al remontar una colina la vio. Era una mujer de unos 30 años, y estaba de pie, inmóvil como una estatua. No echó a correr cuando le vio, algo sorprendente pues los vietnamitas solían eacabullirse en cuanto veían a un marine norteamericano. El soldado se acercó a ella extremando precauciones y mirando a su alrededor para comprobar que no era una trampa. Cuando estuvo lo bastante cerca, vio que la mujer estaba pálida. Le miraba muy fijamente, y bajo sus ojos se abrían dos surcos de lágrimas ya secas.

“Ven conmigo”, dijo el soldado. “Aquí pueden dispararte; hay soldados por todas partes.”
La mujer respondió algo en vietnamita deslizando lentamente las palabras entre sus labios.

“No puedes quedarte aquí”, insistió él. “Vamos.” Y dio un paso hacia ella extendiendo la mano como gesto de buena voluntad.
La mujer negó con la cabeza y su boca siguió goteando frases ininteligibles.

“Tranquila”, dijo el soldado mientras daba otro paso más. “¿Qué pasa? ¿No puedes moverte? No voy a hacerte nada.”

El marine dio un paso más hacia la mujer. Y entonces lo oyó. Sonó un click bajo sus pies, y desde luego aquel era el último sonido que quería oír. Bajó la mirada y comprobó que era cierto. Había pisado una mina antipersona y el peso de su cuerpo mantenía la espoleta de la bomba en su sitio. En cuanto levantara el pie, explotaría. Se le heló la sangre en las venas al darse cuenta de que ya estaba muerto. Sólo faltaban los trámites.

Unos pasos más allá, la mujer le dedicó una mirada de trágica complicidad y el marine se dio cuenta de lo que sucedía. Al bajar la vista hasta los pies de la vietnamita, vio que debajo asomaba la carcasa de otra mina. Los dos muertos vivientes se quedaron inmóviles unos minutos, mirándose el uno al otro en un funeral privado.
La mujer cerró los ojos con fuerza, lanzó una bocanada de aire y se echó a llorar. Dijo algo, pero el marine no la entendió. Entonces ella señaló el arma que el soldado llevaba colgando en bandolera. Y después señaló su propia cabeza. Prefería morir de un disparo rápido y certero que hacerse pedazos y sufrir una lenta agonía.

El marine asintió y apuntó su arma con todo el cuidado de que fue capaz.
“Lo siento”, murmuró. Abrió fuego y le acertó entre los ojos.

La mujer cayó desplomada y se hizo el silencio. Ese silencio tan erizado que se produce cuando una bomba no estalla.

A veces pasa. Algunas minas antipersona fallan. El marine gritó de rabia mientras veía cómo el cuerpo de la mujer se desangraba inutilmente sobre la hierba.

Sí, algunas minas fallan. En un campo minado puede fallar una, tal vez incluso dos. Es cuestión de suerte. El marine miró el cuerpo sin vida de aquella mujer y se preguntó si aquel sería su día de suerte o si sería el día más desafortunado de su vida.

Y levantó el pie.

El Enemigo

El Enemigo

Andrés se escurrió entre los arbustos sigilosamente y le vio. El enemigo estaba escondido detrás de un árbol, y no se había dado cuenta de que él estaba situado a su espalda.

Andrés respiró hondo y apretó con fuerza la culata de su pistola. Caminó muy despacio, tratando de no hacer ruido al pisar la hierba. Cuando tuvo al enemigo a unos diez pasos de él, extendió el brazo y le apuntó con su arma. Sólo tenía que apretar el gatillo, pero… ¡Crack! Sus botas crujieron sobre la hierba y el enemigo se giró hacia él. Era más alto, lo cual era lógico pues era el mayor de los dos: tenía 10 años y Andrés sólo 8.

Los dos actuaron con rapidez.

“¡Bang, bang!”, gritó el enemigo. Un proyectil de plástico rematado en una ventosa pasó rozando junto al hombro de Andrés.

Y entonces disparó él.

Se oyó un ruido ensordecedor, un trueno seco y rasgado, y el enemigo cayó hacia atrás como si le hubieran dado un fuerte empujón. Tenía el pecho abierto y cubierto de sangre, y todo su cuerpo se sacudía entre espasmos. Parecía que unas manos invisibles le estuvieran haciendo cosquillas.

Se oyeron gritos. Muchos gritos. Empezaron a llegar los adultos que estaban al otro lado del jardín, los padres de todos los niños que habían acudido al cumpleaños de Andrés. Entre ellos, los padres del chico que yacía sobre la hierba sangrando como un animal abatido por un cazador. Cuando le vieron, tardaron en reaccionar. En sus rostros se mezclaba la incredulidad y el espanto.
“¡Una ambulancia!”, gritó alguien. “¡Se está desangrando!”

Mientras, el padre de Andrés se giró hacia su hijo y vio el arma aún humeante entre sus dedos. Muy despacio y con extrema cautela, se acercó a él.
“Esa pistola es de verdad, Andrés”, susurró intentando aparentar calma. “Déjala caer al suelo, anda.”
Andrés no apartaba la vista del enemigo, mirándolo con los ojos muy abiertos mientras contenía la respiración, pero dejó caer el arma sobre la hierba. En aquel momento llegó su madre. Como todos los demás, tardó unos segundos en entender lo que había pasado, y cuando al fin lo comprendió se llevó las manos al rostro.
“Te dije que guardaras el arma bajo llave”, le dijo a su marido. “Te dije que los niños podían cogerla… Por dios.”

Andrés seguía con la vista clavada en el enemigo y la expresión congelada. El enemigo ya no se movía.

“Está muerto”, dijo una voz en medio del caos. “El pobre chiquillo ha muerto.”

Alguien puso su chaqueta sobre el cuerpo del fallecido.

“¿Lo he matado?”, preguntó Andrés.

Su padre asintió.

“Entonces…”, dijo Andrés, “entonces… ¡he ganado!”

EL PEQUEÑO FLORIAN

Florián estaba enfermo desde hacía ya dos semanas. Tenía una inflamación en una pierna que no terminaba de sanar y hubo de guardar cama. La herida picaba y escocía, y cuando su madre le cambiaba la venda le hacía un daño horrible. Pero mucho peor que los dolores era el aburrimiento. Sobre todo se aburría por las mañanas, cuando sus padres estaban trabajando. A menudo se quedaba así, tumbado, y contaba las motas negras de la alfombra. O se inventaba historias de un muchacho y un perro que vivían aventuras apasionantes.
Su madre llegaba a casa, a mediodía, demasiado cansada para ocuparse de él. Así ocurría hoy también. Después de comer, Florián preguntó a su madre:
-¿Juegas conmigo? Ella sacudió la cabeza. Florián frunció el ceño y dijo: -Estar malo es espantoso.
-Pues yo me quedaría bien a gusto una semana en la cama dejándome mimar.

«¿Mimar?» Florián se hubiese echado a reír.
-Estoy solo toda la mañana y cuando por fin llegas no tienes tiempo. Ya podrías preocuparte de mí un poco más.
-He tenido un día agotador -dijo la madre. Florián se mordió el labio y añadió:
-A pesar de todo. -¿Qué te parece si voy luego a sentarme en tu cama y te cuento una historia?
-¿Sólo una historia?
-Una historia de miedo.
¿Sabes tú una historia de miedo? -preguntó Florián sorprendido.
-Y la he vivido yo misma, además.
¡Oh!, sí, cuenta.
-Después, cuando lea el periódico y haga el café.
-¿De verdad has vivido una historia de miedo? -preguntó Florián con los ojos brillantes cuando, al cabo, la madre se sentó junto a su cama.
-Sí.
-¿Ya había nacido yo?
-Fue hace dos años, cuando estábamos buscando casa. Antes de encontrar ésta, tuvimos otra oferta, un piso de cuatro habitaciones en una vieja villa con un jardín grande y silvestre.
-Y ¿por qué no lo cogisteis?
-Es lo que te voy a contar:

«Papá vio el anuncio en el periódico. El alquiler era muy barato, así que nos pusimos de acuerdo con los que habían vivido antes para ir a ver la casa. La villa tenía el aspecto de un castillo pequeño, hasta con su torrecita. Yo estaba entusiasmada. Ya sabes cómo me chiflan las casas antiguas. También me gustó el jardín, con árboles altos y corpulentos. Llena de curiosidad, subí al primer piso y toqué el timbre. Pasó un rato. Luego oí pasos. Me abrió una niña. Tenía el pelo negro y rizado, largo hasta la cintura. Llevaba un vestido blanco de encajes hasta los tobillos. La cara muy pálida.
-¿Quiere ver la casa? -preguntó.
-Sí -dije-. ¿Están tus padres?
-Vienen en seguida -contestó-. Pero yo puedo enseñársela. Pase, por favor. Entré. La niña, interrogándome con la mirada, dijo: -¿Tienen niños?
-Sí, un chico.
-¿Cómo se llama?
-Florián.
-Entonces, la niña, por primera vez, sonrió. -Me llamo Bárbara -dijo-. Venga, le voy a enseñar el cuarto de los niños.
-Pero quisiera ver primero las otras habitaciones -contesté yo.

-No, no -dijo Bárbara con brusquedad-. Tiene que ver primero el cuarto de los niños.
Lo dijo con tanta urgencia que la seguí. Me condujo a una habitación grande y vacía al final del pasillo. Por la moqueta de colores se advertía que había sido un cuarto para niños. Bárbara corrió a la ventana.
-Aquí estaba mi mesa -dijo- . Siempre veía el castaño cuando me sentaba aquí. Su niño tiene que sentarse también a la ventana, ¿me lo promete?
-No sé -contesté dudando, e intenté sonreír.
-¡Por favor! -exclamó, y me miró con ojos suplicantes.
-Bueno, si tanto lo quieres -dije para dejarla contenta. Pensaba para mí que era cosa nuestra el cómo distribuir las habitaciones.
-Ahí estaba mi cama -dijo, señalando la pared junto a la ventana-. Cuando me despertaba veía el cielo. Así sabía siempre si hacía buen tiempo o malo.
-Pero ese no es buen sitio para la cama -comenté yo. Bárbara me miró sorprendida y añadió:
-¿Por qué no?
-En la ventana hay corriente a menudo. Podías haberte acatarrado.
-¿Acatarrarme? -gritó- . ¡Quiere usted decir que mi madre ha cuidado mal de mí?
-No, naturalmente -me apresuré a asegurar.
-Pero ha dicho que era un sitio malo para la cama.
-Era por decir algo.
-No vuelva a decir jamás algo tan horrible de mi madre. El tono de su voz se volvió agudo de repente.
-No he dicho absolutamente nada de tu madre -respondí. Y entonces oí pasos en el pasillo.

-Deben ser tus papás -dije aliviada, y salí rápidamente de la habitación.
Era ridículo, pero aquella niña pequeña me daba miedo. Una mujer y un hombre vinieron a mi encuentro por el pasillo. Al verlos, me asusté, porque los dos iban vestidos completamente de negro. El hombre tenía el mismo pelo negro que Bárbara, y la mujer, sus mismos ojos grandes.
-¿Ya está usted aquí? -preguntó extrañada la mujer.
-Es raro que estuviese la puerta abierta -dijo el hombre. Iba a explicarles que su hija me había abierto, pero antes de que pudiese hacerlo estábamos ya en una de las habitaciones anteriores.
Comenzaron a enseñarme la casa, primero los dos cuartos de estar, luego el dormitorio y el baño. Nos detuvimos en la cocina, que tenía unos azulejos antiguos preciosos. El hombre se volvió hacia mí, con una cara tan pálida como la de Bárbara y me preguntó:
-¿Le gusta la casa?
-Sí-contesté yo entusiasmada-. Es de un estilo un poco antiguo, justo como yo deseaba. Además es muy amplia.
-Hay otra habitación -dijo el hombre- al final del pasillo. Pero ya no entramos en ella.
-Era el cuarto de los niños -agregó en voz baja la mujer.
-Lo sé -dije yo, sorprendida por el misterio con que hablaban de aquella habitación vacía.
-¿Usted? -titubeó la mujer-. ¿Ha visto usted la habitación?
-Sí, me la ha enseñado su hija. La mujer clavó en mí sus ojos: -¿Nuestra hija? -Sí -afirmé-; quería que el cuarto se dispusiese del mismo modo que cuando estaba ella.
-¿Cómo era esa niña? -gritó el hombre con voz ronca. Me extrañó la pregunta.
-Tenía una melena negra larga y llevaba un vestido blanco con encajes.
-¡Bárbara! -exclamó la mujer con tanto dolor que me sobrecogí de miedo. Entonces se precipitaron los dos fuera de la cocina y les oí correr por el pasillo gritando el nombre de Bárbara. Sentí una desazón muy molesta. No comprendía su excitación, pero advertí que mi encuentro con Bárbara debía haberles alarmado. Les seguí lentamente. Se quedaron parados en la puerta de la habitación de los niños.

-No está aquí -dijo el hombre con palabras ahogadas.
-Pero yo la he visto -insistí -. Estaba ahí, en la ventana, y habló de su castaño.
La mujer sacudió la cabeza con gesto triste. -Tiene que haberse equivocado.
-No, con toda seguridad.
-Es imposible.
-Pero, ¿por qué?
-Bárbara está muerta -dijo el hombre.
-¿Muerta? -repetí incrédula.
-Murió hace cuatro semanas -explicó el hombre- , aquí, en esta habitación, de una pulmonía.
-¡No! -grité. Los dos me miraron y dijeron que sí con la cabeza. Entonces di media vuelta y me marché de allí a toda prisa.»

La madre de Florián hizo una pausa. Luego añadió:
-Una semana después encontramos esta casa y nos alegró que al llamar a la puerta no nos abriese un fantasma.
-¿Tenía Bárbara el aspecto de un fantasma? -quiso saber Florián.
-Estaba muy pálida y parecía muy débil, como alguien que lleva enfermo mucho tiempo.
-¿Por qué no me llevaste contigo?
-Tú estabas en la escuela. Bueno, y ahora me tengo que ir -se levantó-. Me quedan un montón de cosas que hacer. Florián torció la boca, pero no dijo nada. Oyó a su madre entrar en la cocina. Y, en seguida, le llegó el cla-cla-cla de los platos en el fregadero.
-¡Mamá! -voceó.
-¿Qué ocurre?
-¿Se murió Bárbara por dormir tan pegada a la ventana?
-No lo sé.
-¿Es verdad que su madre no la había cuidado bien?
-No lo sé. Florián aspiró hondo y gritó:
-Yo también podría coger una pulmonía si tú no te preocupas más de mí. La madre no contestó. Florián cerró los ojos y suspiró.

...

A quien le importa

A quien le importa

Esta letra va dedicada a una amiga que se que le encanta fangoria

La gente me señala
me apuntan con el dedo
susurra a mis espaldas
y a mí me importa un bledo

Que más me da
si soy distinto a ellos
no soy de nadie,
no tengo dueño

Yo sé que me critican
me consta que me odian
la envidia les corroe
mi vida les agobia

¿Por qué será?
Yo no tengo la culpa
mi circunstancia les insulta

Mi destino es el que yo decido
el que yo elijo para mí
¿A quién le importa lo que yo haga?
¿A quién le importa lo que yo diga?
Yo soy así, y así seguiré, nunca cambiaré


Quizá la culpa es mía
por no seguir la norma,
ya es demasiado tarde
para cambiar ahora

Me mantendré
firme en mis convicciones,
reforzaré mis posiciones
Mi destino es el que yo decido
el que yo elijo para mí

Los dos amigos y el oso

Los dos amigos y el oso

Dos amigos caminaban tranquilamente por el bosque, cuando de pronto, se les apareció un oso. No tenían armas y sintieron gran temor al ver avanzar a aquel animal tan grande y no precisamente con aire de buenas intenciones.

Uno de ellos, sin pensar más que en su propia salvación y sin decir palabra a su compañero, subió rápidamente a un árbol cercano y se ocultó entre las hojas. El otro, más lento, vio que ya no tenía tiempo de imitar a su amigo. Entonces se tiró al suelo y fingió estar muerto. Se quedó quieto, muy quieto, y sin respirar.

El oso se acercó. Se dice que estos animales huyen de los cuerpos sin vida y el hombre, recordando esto, permaneció sin pestañear mientras la fiera, aproximando el hocico a su cabeza, lo olió una y otra vez. Después, lentamente, se alejó entre los árboles.

Pasado el susto, el primero de los amigos bajó del árbol y fue hacia su compañero, muy preocupado ahora por ver si estaba bien y muy curioso, al mismo tiempo, por saber qué le había dicho el oso cuando lo olfateaba.

Pues me dijo que me cuide de los amigos que me abandonan cuando me amenaza un peligro.

La verdadera amistad se demuestra en los momentos difíciles.

EL PERRO DORMIDO Y EL LOBO

EL PERRO DORMIDO Y EL LOBO


Un perro mal cuidado, flaco y hambriento, dormía tranquilamente delante de la puerta de la casa de su amo, cuando acertó a pasar por aquel lugar el lobo. Ver al perro y pensar que podía hacerse con él una buena comilona, fue todo uno. Así es que se lanzó sobre el desdichado animalito, que se despertó con el susto que es de imaginarse.

—Lobo dijo entonces. ¿De qué podría servirte comerme ahora? Dentro dé unos días celebrarán mis amos su boda con grandes fiestas. Entonces comeré a cuatro carrillos, me pondré gordo y cuando tú vuelvas a pasar por aquí, te encontrarás con un manjar sabroso.
El lobo lo pensó un poco, y mirando al perro cuyas costillas se dibujaban debajo de la piel, decidió que le convenía esperar. Y sin decir más que “¡Hasta la vuelta!”, se retiró.
Al cabo de un tiempo regresó el lobo. Pero ya no halló al perro dormido en el umbral de la casa, sino que lo vio en el altillo del granero. Entonces le recordó su promesa y le pidió que bajara.

—Lobo — repuso el perro —, si otra vez me sorprendieras, ¡no esperes a las bodas!


(MORALEJA)
Si somos prudentes, una vez que escapamos de un peligro nos cuidaremos muy bien de volver a caer en el mismo

carta a un amigo

Amigo:

Primeramente, quiero darte las gracias por todo lo que me has dado; por tu compañía, tu apoyo, tu comprensión y presencia. Por brindarme la oportunidad de tener a mi lado a alguien como tú, en quien confiar, con quien divertirme, con quién soñar...

Tu fuiste siempre algo importante y especial para mí y lo sigues siendo. Formas parte de mi vida; de mis pensamientos, sentimientos, decisiones y emociones... No podría quedarte alguna duda de lo que significas para mí ni de tu lugar en mi ser...

Mi cariño por ti es muy grande, y además has sabido ganártelo a pulso con tu especial forma de ser y de entregar tu amistad. Por eso, no a cualquiera le hago llamar "mi amigo" o lo quiero como tal y sé que de alguna manera tu tampoco lo haces...

Tal vez algunas veces ocultes tus sentimientos, por temor al rechazo o a no ser correspondido o escuchado. Sin embargo, sé que conmigo al igual que con todos los demás eres sincero y con las mejores intenciones de no lastimar a nadie...

Hemos pasado por varias cosas juntos, buenas y malas, que ya me conoces perfectamente. Por eso mi amistad hacia ti crece y se hace mas fuerte día con día al igual que nuestra unión.

Espero que si cambias, sea con plena convicción y siempre para tu bien, aunque sabes que tienes al menos mi aceptación y apoyo... no te dejes vencer por los agobios, quienes también te harán cambiar y de ti dependerá hacia donde te lleva ese cambio...

Te quiero y quiero que seas muy feliz porque lo mereces, si deseas que comparta no solo esa felicidad contigo, sino todos los instantes de tu vida; aquí estoy y aquí estaré siempre. Tú lo sabes...

No me despido, pues aquí estaré siempre; contigo...

Sinceramente: Tu amigo.

texto escrito el pasado 3 de diciembre

a vosotros amigos
Este carta es un escrito hacia todos aquellos a los que han asistido a la cena de esta noche, Felipe se va, lo se , al igual que casi todos vosotros, se que lo vamos a pasar mal, en esta noche me he llegado a dar cuenta de la gente que realmente habeis dado y demostrado lo que realmente apreciais a este gran chaval, tu Felipe. se que este mensaje lo leereis todos porque de eso me voy a encargar yo personalmente, ahora unas palabritas para cada uno de vosotros.

El anfitrion. Felipe:

Que decir de ti, que eres el mejor tio que he conocido jamás, que gracias a ti me he dado cuenta de muchas cosas en este año que has estado conmigo, que te quiero una barbaridad, que realmente eres un tio que has sabido prestar el mayor minimo de atencion, por todas y cada una de las personas que han estado a tu lado. que eres un tio guay cojonudo. Te quiero Felipe y al igual que la mayoria de la cena.

Vari

Vari, que puedo comentar sobre ti, sabes vari que eres cojonuda, que eres una tia de puta madre, que tambien te quiero mogollon y lo sabes, que no se si te lo he llegado a demostrar, pero te puedo asegurar que es asi, que tienes que dejar de lado todos tus complejos, dejar de pensar que la vida es un asco, porque no lo es, te quiere mas gente de lo qe tu te piensas, y que tambien te digo una cosa, que quien no te quiera, ningun problema, tambien sera porque no merece quererte, esta vida no esta hecha para querer a todo el mundo, quiero que tu, dejes de pensar, en la mierda de vida, tu piensa siempre que hay gente peor que tu, ahh y nadie es perfecto no lo busques. Una ultima cosa, que sea la ultima vez que vams de fiesta y te veo rallada, es una fiesta, hay que disfrutar.

ainhoa

Tambien una chavala genial, un poco picara, pero muy buenba chavala lo tengo cada dia que pasa mas claro, te faltan un par de detalles por acabar de cultivar y aclarar un poco la mente, pero se que cuando tengas unos 5 añitos mas, creo que sabras de lo que te hablo.

Ernesto

no hay palabras que puedan describirte, ers genial, se que eres un tio de puta madre y te aprecio un monton, se que eres un tio que vales la pena más de lo que la gente cree, y quien diga lo contrario, ya sabes, a tomar viento.

Jose luis "Guapi"

ole tu, realmente, eres un chaval al que veo poco, pero cuando te veo realmente, noto que te aprecio, eres un tio, que tengo que reconocer que gracias a ti soy bobinero, jejeje y que lo que aprendi en el puesto me lo enseñaste tu. gracias.

Dani

a ver dani, un poco toca pelotas, jejeje pero guay, tambien te queremos un "güebo", eres uno de los mejores comitecitos, jeje

Mayenco

Mayenco, mi maqui, ese maqui, cuando todo va bien, va bien, pero cuando va mal, hay que mirarlo por el bien, todos sabemos que eres muy buen tio, te apreciamos mucho, eres grande.

Felipe L

Ese feli, eres grande tio, me encanta currar contigo, me dejas hacer a mi bola, me gusta. 12 horitas en la lithrone. jejejeje

Miguel

El hermanisimo guay. joder miguel, pa ti no tengo palabras, me desconciertas, como diria una amiga mia, no se que decir de ti, iwal simplemente, que tambien te quiero un monton.

Miriam

Miriam, mirinda, ñam ñam, no se como llamarte, espero que aunque se marche nuestro ayu, nos sigamos riendo de todo, todos y de ti y de mi. un besote danonino.

Sara

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Jose R

tambien era tu despedida, de los bobineros, el mejor, grande y a opesar de tener a la sara de piquera nunca te has quejado, jejejemira que es pesada, jejeje SARA Lo puedes leer tambien, jejeje

y por ultimo una persona que no voy a nombrar, mejor no comentar no asistio, lo sabia.

y por ultimo yo

que decir de ti juanjo, un poco raro eres, pero como no hay nadie perfecto, bueno aunque ayer me dejaron con la duda, eres el mejor, guapo, rubio, ojos verdes, y encima grande, juanjo tu eres el mejor, jejejeje (no tengo abuela).


solo quiero decir una cosa a todos los asistentes a la cena y a la fiesta de ayer,

gracias a todos

juanjo